domingo, 23 de diciembre de 2012

Una vez más... Nacer desde la debilidad

Contra lo que suele ser costumbre, la de gastar palabras y palabras en torno a nuestros saludos por y para estas fechas, queremos repetir lo que decíamos hace un año. Desde Argentina entonces, compartíamos el convencimiento profundo que ahora simplemente repetimos. Primero, por su hondura... después, porque no creemos que haya que cambiarlo año a año...

Al principio existía la Palabra...
en ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres...

Evangelio de Juan

Podemos creer o no creer, también creer según mejor sea que podamos. Sin embargo, esta vieja confesión de fe da cuenta de que la eventualidad de lo Infinito y Absoluto, como principio de bien y felicidad para todos, quiere guardar relación con nosotros.
Por eso la Navidad, creamos o no, lo hagamos como lo hagamos, en lo esencial viene a recordarnos que nuestras mejores posibilidades surgen de donde surgen: desde la debilidad, asumida -no como moral de esclavos- sino como camino sin condiciones para la libertad, propia y ajena.
Por eso el Niño, creamos o no, nace para todos. Para devolvernos -desde lo Infinito y Absoluto que se abaja y queda entre nosotros- nuestro rostro más luminoso: el de seres llamados a honrar la vida.
Por eso, creamos o no, desde nuestro fondo más auténtico de hombres y mujeres -sin entrar en la coartada fácil de la bondad vaciada de sustancia, mercantilizada- podemos desearnos sincera y profundamente: ¡¡¡FELICIDADES!!!
¡¡¡FELICIDADES!!! porque una vez más podemos re-descubrir que "nacer desde la debilidad" es la mayor fuerza y riqueza que tenemos como individuos y como sociedad.

De todas maneras, como expresión de nuestra confianza y esperanza, sí queremos dejaros un pequeño regalo. Esta vez también de raíces latinoamericanas.


¡¡¡Que todos podamos pasar estos días en serena y constructiva Paz!!!

sábado, 24 de noviembre de 2012

Emociones y Razón: de Epicteto a nosotros...

   Hace poco recordábamos que para el estoicismo, sobre todo para Epicteto, era fundamental -en orden a la determinación de las causas de nuestras emociones- discernir lo que depende de nosotros, de lo que no. De ahí la invitación a recordar y resignificar las ideas con las que el filósofo básicamente buscaba centrar la atención sobre la capacidad de juicio al momento de reaccionar frente a las cosas. Es decir, en términos más cercanos a nosotros, cuando venía a poner en la misma representación cognitiva de lo que sucede, la posibilidad de hacer que eso que acontece nos sea más o menos difícil, arriesgado o doloroso. Por lo tanto, fuente mayor o menor de malestar o bienestar. Con lo cual, expresada así la cuestión, alguien podría decir: ¡pero como que las emociones tienen que ver con el pensamiento!
   El análisis que haremos a continuación, quizá nos ayude a entender mejor la intuición epicteteana y a matizar nuestro espontáneo rechazo a vincular lo emocional con lo mental. En efecto, cuando nos referimos a las emociones, centramos la atención en una serie de reacciones psicofísicas con frecuencia imprecisas. Reacciones que si bien buscan responder a estímulos diversos, ambientales o psíquicos, no pueden quedar fuera de los fenómenos de conciencia, no pueden quedar desvinculados de lo mental. En el fondo nos damos cuenta de que algo sucede y ese darnos cuenta se da en la mente; por eso podemos decir que nuestras emociones son pensadas.
   Y tal es dicha relación, que en el caso de las emociones básicas: la alegría, la tristeza, el miedo y la rabia, podemos determinar sin mayores problemas un conjunto fundamental de componentes:
     - el componente sensorial-discriminatorio: que hace referencia a las cualidades de la emoción. Se trata de aquello que nos permite localizar temporal y espacialmente la experiencia emocional.
     - el componente cognitivo-evaluativo: que analiza e interpreta la emoción en función de lo que se está sintiendo o lo que puede ocurrir.
     - el componente afectivo-emocional: por el que la emoción es acompañada de sufrimiento intrapsíquico, angustia, depresión, represión, sublimación, etc. Respuestas a su vez, relacionadas con experiencias previas del mismo tipo, la personalidad y los factores socio culturales en los que se esté inmerso.
   De estos componentes, será el tercero el que marque la divisoria de aguas. Así, cuando las emociones no sean bien gestionadas en virtud del propio pensamiento, la tristeza se transformará en sufrimiento crónico, el miedo en angustia y la rabia en autoculpabilización. Como señalara Damasio en el vídeo que os sugeríamos ver en nuestra última publicación, estamos ante esa especie de continuidad donde pensamiento y emoción difuminan sus contornos, confundiéndose en un entramado complejo y oscuro, un ámbito donde todo choca con todo.
   De donde que podamos concluir diciendo que  nuestras emociones son pensadas, en tanto que como continuo se desenvuelven entre un polo mental: el del elemento cognitivo de la emoción misma y las interpretaciones y juicios de valor que se hagan de ella, y un polo corporal: el de la conmoción somática o ciertas reacciones físicas.  
   Pues, esto es todo por ahora. Y como siempre, sabéis que esperamos vuestras consultas y comentarios:
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3  -  50006   -   Zaragoza
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
   Os dejamos un saludo cordial.

lunes, 29 de octubre de 2012

Emociones y Razón: ¿qué dicen la ciencia y la filosofía?

Que en la publicación anterior hablásemos de la Inteligencia Emocional (en tanto capacidad de manejar conductas y comportamientos más allá de lo meramente racional) como moda u oportunidad, no tiene que ver con un planteamiento escéptico respecto al papel de las emociones en nuestra vida, si no a una valoración crítica sobre lo que a veces no pasa de ser un tratamiento banal de las mismas. Especialmente cuando el mundo de lo emocional quiere ser conquistado por parte del mercado barato y chapucero del bienestar o entra con calzador en algún que otro discurso de los llamados correctos.
Por eso hoy os proponemos, a modo informativo, trabajar sobre dos cosas, y luego, en breve, proseguir con nuestra indagación. Así, primero, echadle un ojo al vídeo en el que Eduardo Punset y Antonio Damasio (en la última parte del mismo) nos ayudan a precisar qué son las emociones y qué son los sentimientos, y cómo si bien entre ellos hay una intrínseca continuidad, saber qué nos sucede, en última instancia dependerá de "la lectura" que nuestra mente haga. 

 

¿Que nos dicen entonces Punset y Damasio? Pues que ambas realidades, en un punto chocan con ese ámbito donde nuestros juicios de valor tocan, muy fuertemente, con el componente corporal. Por eso podemos afirmar que las emociones constituyen un continuo que se desenvuelve entre un polo mental: el elemento cognitivo de la emoción misma, las interpretaciones y juicios valorativos que se hagan de ella, y un polo corporal: una conmoción somática, ciertas reacciones físicas.
Ahora bien, visto ésto, es aquí donde queremos inscribir la segunda parte del trabajo que os proponemos. Trabajo que va a consistir en recordar precisamente aquello que la filosofía estoica nos legó con tanta claridad a través de su insistente llamado a discernir -de cara a los estímulos que estarían en la raíz de nuestra emocionalidad- qué depende de nosotros y qué no. Al respecto decía Epicteto:

No son las cosas las que nos disturban, sino nuestro juicio sobre las cosas. Nada es responsable de la alteración y de la agitación sino la opinión.

Somos libres para intervenir en el ámbito de nuestras representaciones.

Es clave la distinción entre lo que depende de nosotros y lo que no depende de nosotros.

Pues lo dicho, en breve seguimos avanzando a partir de lo compartido hoy. Y como ya sabéis, quedamos a vuestra disposición para lo que queráis o necesitéis comentar o consultar.
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domingo, 7 de octubre de 2012

Emociones y Razón: el planteamiento hoy

Se ha empezado a hablar de Inteligencia Emocional (IE) especialmente a partir de 1985, año en que D. Goleman publicó el libro del mismo nombre. Según éste psicólogo estadounidense, la IE viene a ser la capacidad personal de manejar una serie de habilidades emocionales -conductas y comportamientos- estrechamente relacionadas con lo actitudinal -modos de ser y estar-.
 
A partir de Goleman, la catarata reflexiva en torno a lo emocional y también en torno a lo que le es complementable: el patrón de las Inteligencias Múltiples de H. Gardner, parece evidenciar como nunca, los límites de la razón instrumental con que la Modernidad intentó marcar el curso de la vida occidental. Por lo tanto, hasta aquí, la viabilidad de su éxito pasaría por indicar que el primado de la razón intelectual parece haber llegado a su fin.
 
Sin embargo, creemos necesarias dos observaciones. La primera tiene que ver con que el fenómeno de la IE puede verse al día de hoy, o como moda o como oportunidad. Para los que se aproximen al mismo desde lo primero, tarde o temprano los límites se harán evidentes. Para los que en cambio lo hagan desde el sentido de lo oportuno, quizá al IE pueda convertirse en un instrumento capaz de devolver su lugar al influjo de los sentimientos en la vida personal y relacional, en la vida profesional y moral. Un instrumento capaz de ayudarnos a adquirir un nuevo pensar, un pensar destinado a un nuevo cuidado de nosotros y de los demás.
 
Ahora bien, así como la primera observación hace a una cuestión de actitud, la segunda responde a cuestiones de conceptualización y puestas en práctica fundamentales. En efecto, frente a la IE podríamos decir que estamos ante un cambio de paradigma; pero claro, recién está incoado, con lo cual la precisión conceptual requerida en torno al mismo puede ser más que ambigua. Por otro lado, como cosa a experimentar aún, se nos escapa en cuanto a esa mensurabilidad que de la realidad debe tenerse para, desde los efectos, reforzar los ámbitos de lo intuitivo e hipotético de los que se parte al momento de "construir" conocimiento.
 
Tenemos por lo tanto, frente al hecho de ser una moda o una oportunidad, que la IE debe aún consolidarse como constructo teórico, capaz de explicar suficientemente lo que pretende. De ahí que nuestra indagación posterior apunte hacia los ámbitos desde donde se lo pueda reforzar y/o corregir como también explicación efectiva de lo humano.
 
Quedamos como siempre a vuestra disposición:
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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Razón y Emociones vs. Emociones y Razón

Hace un tiempo, relacionábamos una reflexión anterior acerca de la libertad en tanto posibilidad de ser nosotros mismos, con la necesidad de hallar las estrategias que mejor sirviesen a dichos desarrollos: el de la libertad y el de lo personal. Dimensiones que como podemos observar, son interdependientes.

Veíamos entonces, a raíz de una sugerente metáfora -la del abrazo- como en la vida había que aprender a favorecer, tanto una sabía entrada como un posterior despliegue de lo emocional. Pero claro: ¿qué es esto de lo emocional?; ¿de qué se habla cuando hablamos de ello? Y algo más importante aún: ¿cómo alcanzar en concreto en nuestra vida, las supuestas virtualidades de esa inteligencia tan expresamente postergada? 

Sin duda, preguntas difíciles. Por eso, desde este reflexionar compartido que ahora retomamos -continuación a su vez de alguno de nuestros Diálogos Filosóficos- queremos volver la atención sobre los aportes que hoy la filosofía está haciendo a la comprensión del mundo de las emociones. 

Intentar ver qué dicen las neurociencias, las terapias humanistas-existenciales o el mismo pensamiento clásico sobre el tema (de hecho el plan que seguiremos en nuestras próximas entradas al blog) va a ser lo que nos permita sobrepasar la tentación de hablar de lo emocional, según el criterio simplista de ciertas modas intelectuales o pseudo-intelectuales. Por lo tanto, quizá, el mejor modo de dar con una comprensión y una posterior aplicación realmente operativa, a la compleja cuestión de lo emocional; en el fondo, lo que nos interesa y motiva.    

Y como ya sabéis, hacednos llegar con toda confianza vuestras inquietudes o aportaciones, estamos en:
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Os dejamos un cordial saludo.  

martes, 8 de mayo de 2012

De nuevo con vosotros

Después de un tiempo sin hacer publicaciones, retomamos la actividad.
Esta vez para dejaros un sugerente vídeo alemán: Abrazo. Una metáfora que, tras nuestra anterior reflexión acerca de la libertad como posibilidad de ser más nosotros mismos, personal y socialmente, viene a interpelarnos sobre las estrategias mejores en orden al desarrollo de dicha libertad.
De ahí que el abrazo aparezca como una de esas formas auténticamente reconfiguradoras de lo individual y lo colectivo, es decir, como quizá la mejor estrategia posible para un más adecuado ser y hacer.
Cuestiones sobre las que seguiremos reflexionando...



Y como siempre, ya sabéis que podéis escribirnos o llamarnos:
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Os dejamos un saludo cordial.

lunes, 27 de febrero de 2012

Más acerca de la libertad...

Concluíamos hace días que la clave para ser felices pasaba por desear menos. Ello a raíz del vídeo en el que Eduard Punset nos interpelara -desde su diálogo con el psicólogo Barry Schwartz- acerca de nuestro errado uso de la liberad, a partir de haber explosionado en las actuales sociedades desarrolladas la capacidad de elección. En el fondo, una interpelación que venía a jaquear no tanto el sentido electivo de la misma libertad, sino el contenido de dicha elección. En otras palabras, que venía a preguntar por el sentido cualitativo de la misma.

Una interpelación que ya en nuestros Diálogos Filosóficos aparecía con toda su problematicidad. Ésto, cuando reconociendo que toda libertad, en su condicionalidad o imposibilidad de escapar a unas determinadas circunstancias epocales, veíamos que siempre está de-limitada, es decir, acotada por el marco de referencias en el que se mueve. De donde -decíamos- que por más que hoy extrememos nuestra capacidad electiva, sin duda el mayor inconveniente de cara a un auténtico ejercicio de la libertad, sea la mercantilización que de dicha capacidad hemos efectuado; la reducción de la totalidad que supone en sí misma la libertad, a una cuestión de simple consumo.

Reducción peligrosa si tenemos en cuenta que la propia explosión electiva del globalizado sistema economicista en el que nos movemos, parece más frenar que favorecer nuestras posibilidades para la libertad. Máxime cuando la elección solo se refiere a lo cuantificable, no a la calidad de lo elegido. Ahora ¿cómo escapar a esta condicionalidad, a esta "mortal" referencia de época que en el fondo parece haber venido a quedarse, y quedándose, querer estrangular nuestra libertad?

Os dejamos esta pregunta con la intención de seguir reflexionando sobre el tema; y como siempre quedamos a vuestra disposición. Podéis visitarnos, escribirnos o llamarnos.
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Un saludo cordial.

domingo, 12 de febrero de 2012

Hacia una nueva libertad para ser felices

Al hablar acerca del sentido de la vida, acordábamos hace días que no todas las direcciones que en ella se pueden escoger, conducen a la felicidad. Un acuerdo que toca con dos cuestiones capitales para nuestra existencia: la de la ya mencionada felicidad y la de la libertad. Es decir, la de esa búsqueda de la satisfacción desde el logro de unos determinados bienes y la de la elección de esos mismos bienes.

Ahora bien, ni felicidad ni libertad pueden darse en abstracto. La una, como razón y deseo de plenitud necesita de unos bienes externos a ella, de lo contrario permanecería vacía. La otra, como capacidad de elección, si quiere ser real, debe asumirse como de-limitada. No puede concebirse ni practicarse, más allá de un determinado marco de referencias.

De ahí que el vídeo que os sugerimos nos relance a donde lo hace. A la constatación primera de que la libertad que nos asegurará la felicidad, no es la de la simple elección de este o aquel bien u objeto, sino la de este o aquel modelo de existencia. Existencia a cuya realización se subordinará la elección misma, a saber, la selección del "material" indispensable para la acuñación de la propia vida, en lo individual y en lo colectivo.


Esperamos entonces, que la provocadora propuesta de ser felices deseando menos, os llene de nuevos interrogantes y os animéis a comentar qué reflexión os ha suscitado el tratamiento del tema. En fin, que os animéis al diálogo por medio de este blog, o bien, participando en los Diálogos Filosóficos del Centro Pignatelli y la Biblioteca Benjamin Jarnés.

Quedamos como siempre a vuestra disposición. Podéis visitarnos, escribirnos o llamarnos.

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Os dejamos un cordial saludo!!!

viernes, 3 de febrero de 2012

El sentido de la vida en nuestros Diálogos

Bajo esta temática iniciamos la andadura de nuestros Diálogos. Andadura que confirma nuestra intuición primera al momento de proponerlos como tarea: que los tiempos difíciles conllevan una señal paradojal, la de ser, contra lo que puede parecer, oportunidad para la reflexión. Pues bien, desde esta reflexión, nuestros compañeros de indagación, en general han coincidido en que dicho sentido, en tanto dirección en que la vida se zambulle, no siempre se tiene concienciado.


Surgen así, dos cuestiones. Por un lado, la de sí todos los sentidos que pudieran haber en la vida conducen a la felicidad. Cuestión a la que habría que responder que no, pues las ideas y experiencias de otros parecen advertirnos que hay caminos mejores y peores. Por otro, la de que esa posibilidad de unas ideas por las cuales vivir y hasta en algunas oportunidades, por las cuales morir, no parece estar definida por nosotros; con lo cual el sentido de la vida no es algo que inventemos, sino algo que descubrimos.


Ahora bien, dicho sentido aparece también como algo que nunca se satisface, con lo cual nos queda o apagar nuestros deseos de dirección y felicidad o seguir abiertos, en tensión, hacia eso que aspiramos y parece a la vez, estar más allá de nosotros. Posibilidades ambas, que lo hacen ser aspiración y resultado de la trayectoria biográfica que hemos de recorrer. Es algo, que hombres y mujeres construimos, que ni está inscrito en la genética, ni está absolutamente determinado por la vida social y cultural. En definitiva, el sentido de la vida es aquello que toca con la libertad de seguir buscando y construyendo el camino...

Y ahora, como decimos siempre, quedamos a vuestra entera disposición en nuestras direcciones y teléfono móvil:
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